Pero quiero
ir más allá de las medidas sanitarias, de movilidad y congregación que hoy
probablemente el Presidente López Obrador anuncie en su conferencia matutina
del día de hoy, como la anunció a principio de semana.
Voy a tocar
un tema en el que la nueva normalidad son realidades que deben estirarse y
romperse tras lo vivido durante la mal nombrada cuarentena que estamos
viviendo, sobre todo para los que están en edad escolar.
Niñas y
niños, jóvenes vivieron su escuela y su aprendizaje muy diferente al que
estaban acostumbrados por años de manera presencial, los más conectados y privilegiados lo vivieron
con internet, otros con radio, otros con TV, pero algo es claro, independiente
de la modalidad, su enseñanza se volvió más interactiva y más libre, una
realidad totalmente opuesta a lo que se viven en los salones de clase sobre
todo como van creciendo, la educación aunque probablemente para muchos padres fue pesado, también para muchos alumnos fue
más ad-hoc a su personalidad y necesidad de aprendizaje, unos fueron más
rápidos, quizá algunos aprendieron algo adicional de lo que les dejaban sus
maestros, otros tuvieron oportunidad de darle mayor entendimiento, entre otras
cosas que el cumplimiento de un horario y un temario escolar no permite que se
desarrolle en su totalidad en los alumnos.
El regreso
a clases, sea escalonado, sea por zonas, con sana distancia, la realidad es que
las autoridades educativas desde la SEP, las Secretarías de Educación
estatales, las escolares deberán de aplicar nuevas formas para poder aprovechar
y competir con esta forma de aprendizaje porque puede crear un bache en los
alumnos si se regresa a la enseñanza que se había manejado, pero sobre todo
aquellos planteles o sectores que se apliquen crearán una mayor brecha en
aquellos que no lo hagan.
Apunte
La epidemia
por COVID-19 en nuestro país rompió la dinámica de centralismo que se quería
empujar, si hay buenos resultados en los gobernadores sobre sus políticas,
seguro habrá quienes se sumen a esto, excepto aquellos que tienen una cola muy
larga que les pisen.
Punto y Seguido
La crisis
COVID-19 está cargando una serie de costos políticos a López Obrador y se le
sumarán los que están en el camino sino se responde adecuadamente a muchas de
las complicaciones que desato la pandemia, sobre todo la crisis económica que
derivará en pérdidas de empleo y cierre de negocios, afectaciones en cadenas
productivas.
Muchos
gobernadores lo saben y dentro de estos actos de independencia aprovecharán
para trasladar algunos costos políticos al Presidente, como continuar con el
confinamiento, el no regresar a clases (sin conocer lo que anuncie hoy la SEP)
y algunas otras, porque saben que el colapso de los sistemas estatales de salud
recaerá directamente sobre ellos y los problemas financieros que traerá cuando
bajen los contagios y se reactiven total el sistema de salud.
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