De acuerdo con Standard and Poors Rating Services, la elección de l 1 de Julio es muy diferente
a las históricas que ha tenido nuestro país,
la tercera elección desde que el PRI perdió su hegemonía frente al PAN
pero que también dicha transición política no ha llegado un partido de
izquierda como el resto de America Latina.
México se encuentra estable y predecible debido a un marco de políticas de
México y la ausencia de grandes desequilibrios
económicos, sobre todo en comparación con las economías avanzadas que experimentan actualmente crisis
soberanas y bancarias. Además, los
inversionistas parecen tener confianza en las políticas generales que los
principales candidatos abanderan, en particular las del candidato que encabeza las encuestas, Enrique Peña Nieto del
PRI, así como las propuestas del PAN. Por el otro lado la volatilidad en el
mercado podría aumentar en los mercados si el candidato del PRD, a pesar del
cambio en la retórica de López Obrador más hacia el centro, dada la falta de un historial de gobierno del
PRD a nivel nacional en combinación con la persistente memoria negativa de su
comportamiento desafiante tras el resultado de la elección de 2006.
Aunque la calificadora considera que en el siguiente sexenio no se prevé un
deterioro ni grandes avances a través del ciclo político en cuanto al marco
institucional de las políticas fiscales, mantener la inflación y el banco
central, el animo de los inversionistas cambia en como difieren las políticas
entre los principales candidatos.
El marco institucional de México y un electorado centrista, concuerda con
las ofertas de los candidatos de comprometer a mantener un marco macroeconómico
estable. Sobre todo, en esta elección el
papel determinante que tiene la clase media, y que busca que la estabilidad
macroeconómica proteja los estándares de vida y las mejores oportunidades de
educación y trabajo.
Las diferencias entre los candidatos se encuentran en la manera de alcanzar
sus objetivos en temas económicos y
particularmente si esto implica una mayor o menor participación del sector
privado o del estado. Por su parte, el candidato más abierto al mercado, es
Josefina Vázquez Mota, quien apoya una mayor inversión del sector privado pero
que difícilmente podría lograr con la representación de su partido en el
Congreso en caso de obtener la victoria. Por su parte el PRI, con la
inclinación tecnócrata por parte del equipo de Enrique Peña, apoyarían la
participación del sector privado, pero
su principal freno son los intereses concedidos dentro de sus coaliciones “de
facto” que son menos orientadas al mercado o a la competitividad, serían
políticas más mixtas.
El candidato del PRD, es quien tiene el reto más grande al tener que ganarse
la confianza de los inversionistas y sector privado nacional e
internacional, ya que su propuesta de
aumentar la inversión pública, esto afectaría la
competitividad del sector privado y también, existe el antecedente de los escándalos de corrupción
y excesos que tuvieron los colaboradores de Andrés Manuel López Obrador durante
su gobierno en Distrito Federal.
Para concluir, si bien algunos candidatos podrían
tener más riesgos sobre otros en cuanto a su visión del manejo de la política macroeconómica,
también es cierto que los cambios sustanciales que pueden ayudar o afectar al
país, no se manejaran en el ejecutivo sino las legislaciones en el Congreso, lo que aquí respecta, el PAN es el que tiene la base legislativa más
débil, lo que significaría dar mayores concesiones en su política inicial, por
el otro lado el PRI es quien tendría su base más fuerte pero no con la mayoría
para establecer sus políticas, lo que seguirán siendo avances limitados en
temas trascendentales.
Punto y Seguido
En la
ponencia “Sistemas Electorales y Construcción Democrática” del Dr. Juan Carlos
Villareal, sobre la necesidad de
recapacitar el papel de la conocida popularmente como “la chiquillada” aquellos
partidos que sólo suponen su existencia
gracias a las coaliciones y alianzas con institutos políticos más grandes.
Aunque,
difiero sobre la visión de reducir los participantes en el juego democratico,
si creo conveniente en analizar el papel sobre como se suman estos partidos a
los de mayor tamaño, de acuerdo a la convergencia de sus agendas y plataformas
y no convertirse en un mal necesario, para los chicos el de sobrevivir y seguir
manteniendose del presupuesto y para los grandes como una trampa para romper
los limites diseñados en las cámaras a fin de tener mayores representantes sin
serlos en algunos casos cuando no cuadran de acuerdo con la ideología de cada
partido.
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